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Si sus padres alguna vez pelearon frente a usted cuando era niño, no está solo. Recuerdo algunas discusiones bastante acaloradas que ocurrieron en mi juventud. Pero lo que puede ser menos común es si recuerda a sus padres reparando frente a usted. Si sus padres fueran como los míos, los niños verían el desacuerdo, pero cualquier reparación saludable de la relación que seguiría se llevaría a cabo a puerta cerrada. De hecho, tengo un recuerdo vívido de haber presenciado una pelea entre mis padres que me llevó a preguntarles si se iban a divorciar, porque no sabía que más tarde se habían reconciliado tranquilamente en su dormitorio. (Ahora llevan más de 30 años en un matrimonio amoroso y comprometido). 
Cuando me convertí en madre, mi primer impulso fue evitar estar en desacuerdo con mi marido delante de nuestros hijos. Pero estoy descubriendo que lo mejor que puedo hacer para que mis hijos promuevan un ambiente de relaciones saludables en nuestro hogar es modelarles un conflicto saludable y una reparación de relaciones (disculparse sinceramente, perdonar, reconectarse, etc.).

Consejos para Reparar Delante de Sus Hijos

A continuación, se ofrecen algunas sugerencias sobre formas en que puede modelar con éxito la reparación de relaciones frente a sus hijos:

Sea Honesto y Tranquilo

Cuando esté reparando frente a sus hijos, mantenga la calma y sea honesto sobre el proceso. Déjeles ver que los desacuerdos son normales pero que se pueden resolver con paciencia y respeto. Evite involucrarlos en el conflicto, pero no evite mostrarles que las personas pueden resolver los problemas para mantener una relación sana.

Modelar las reparaciones después de un conflicto es una forma importante en la que los padres pueden ayudar a enseñar a sus hijos cómo construir una relación sana.

Explique lo Que Está Sucediendo en Términos Simples

Es importante que los niños no se sientan responsables de los conflictos o reparaciones de los adultos. Utilice un lenguaje apropiado para su edad para explicar que los adultos a veces tienen desacuerdos, pero están trabajando para mejorar las cosas por el bien de una relación sana. Por ejemplo, usted podría decir: “Mami y papá se enojaron antes, pero ahora estamos hablando para solucionarlo porque nos amamos”.

Modele Disculpas Saludables

Asegúrese de que sus hijos vean el ciclo completo, desde expresar sus sentimientos hasta ofrecer una disculpa genuina. Esto les ayuda a aprender cómo es una disculpa saludable: asumir responsabilidad, mostrar empatía y pedir perdón.

Demuestre Regulación Emocional

Si bien es natural tener emociones fuertes, intente modelar la regulación emocional durante el proceso de reparación. Si está molesto, enséñeles cómo calmarse antes de hablar. Esto refuerza la idea de que en una relación sana está bien sentir emociones fuertes, pero es importante controlarlas antes de abordar un problema.

Mostrar Reconnexion Física

Los niños se benefician al ver signos físicos de reconexión, como un abrazo o un apretón de manos después de una disculpa. Les muestra que la cercanía emocional se puede restaurar después de un conflicto, lo que puede resultar tranquilizador y promover la seguridad emocional.

Sepa Cuándo Elegir la Privacidad

A veces es necesario tener privacidad durante una reparación (por ejemplo, si su desacuerdo involucra a un niño específico). ¡Eso también está bien! Si no puede completar todo el proceso de reparación frente a sus hijos, busque formas de compartir lo que pueda con ellos. Por ejemplo, antes de ir a un lugar privado, diga algo como: “Estamos teniendo un desacuerdo y nos gustaría tener algo de privacidad para resolver las cosas y compartir nuestros sentimientos entre nosotros. Nos amamos y asegurarnos de que estemos en la misma página es una parte importante de nuestra relación. Saldremos en un rato”. Una vez que hayan resuelto las cosas juntos, comparta con sus hijos los pasos que llevaron a la reparación, incluso si no puede compartir los detalles.

Al practicar estos pasos, no solo está reparando el momento, sino que también está enseñando a sus hijos valiosas habilidades para la vida que utilizarán en sus propias relaciones saludables.

Un Ejemplo de la Vida Real

Mi esposo y yo tuvimos la oportunidad de practicar la reparación frente a nuestros hijos el otro día cuando no estábamos de acuerdo sobre un tema de paternidad. Estaba enojado con él por la forma en que manejamos nuestra frustración con nuestros hijos (hubo muchos gritos y grandes sentimientos tanto de padres como de niños), y después de que todos nos calmamos y nos disculpamos con nuestros hijos, todavía me sentía enojada a mi cónyuge. 

Le hice saber que quería hablar de ello una vez que nuestros hijos se hubieran acostado, ya que nuestro hijo estaba en la habitación y no quería preocuparlo (esto es lo que mis padres me modelaron al reparar las fisuras en sus relaciones fuera de nuestra vista). Él muy sabiamente respondió: “¿Por qué esperar? Podemos hablar de ello ahora”. 

Luego procedimos a tener una conversación sobre lo que había sucedido y lo que ambos sentíamos al respecto. Derramé algunas lágrimas mientras mi esposo me abrazaba y a nuestros hijos les preocupaba que yo estuviera llorando. Ambos les aseguramos que estaba bien y que así es como mamá y papá mejoran las cosas cuando nos enojamos: hablamos de ello y compartimos nuestros sentimientos, nos disculpamos y luego nos abrazamos. Modelar esto frente a ellos ayudó a reforzar lo que se necesita para mantener una relación sana, incluso en momentos difíciles.

Una Mejor Manera

Estoy segura de que esta experiencia fue buena no sólo para mis hijos, sino también para mí y mi esposo. Romper con patrones de relación bien intencionados pero inútiles que nos fueron transmitidos por nuestros padres (como mantener las reparaciones en la oscuridad) requiere coraje y no siempre es fácil. Pero es una de las formas en que podemos ayudar a nuestros hijos a convertirse en adultos capaces de construir relaciones saludables por sí mismos. 

Entonces, cuando recuerde cómo se crio usted, piensa que hábitos tuvieron sus padres que están impactando la forma en que se presenta en su relación y en su crianza. Hable de ello con su pareja y, si esos hábitos no son saludables, haga planes sobre cómo romper esos patrones. Si no ve una salida, considere la posibilidad de recibir ayuda profesional—asista a una clase o taller de educación sobre las relaciones o busque un terapeuta de parejas. Haga lo que sea necesario para garantizar que todos los miembros de su familia tengan un futuro brillante lleno de relaciones saludables, tanto los niños como los padres. Usted puede con esto!